Secretos para ser un Cuidador Feliz

Secretos para ser un Cuidador Feliz

 

Los secretos de los cuidadores felices por Lily García

“Hay solamente cuatro tipos de personas en el mundo: aquellos que han sido cuidadores, aquellos que son actualmente cuidadores, aquellos que serán cuidadores y aquellos que necesitarán de cuidadores.”

Rosalyn Carter
Ex Primera Dama EU

Si estas palabras de la Sra. Carter son ciertas, entonces todos y todas vamos a inevitablemente convertirnos en cuidadores en algún momento en nuestras vidas. Y es muy posible que también lleguemos a necesitar de alguien que nos cuide ya sea por un periodo corto o prolongado.

El rol de cuidadores nos llega por diferentes vías como pueden ser las del amor, del sentido de deuda y en ocasiones, de la obligación. Independientemente del hecho de que ese rol de cuidadores sea uno escogido o impuesto, lo cierto es que puede convertirse en uno tan difícil como drenante a nivel físico y emocional.

Algunas de las emociones más comúnmente identificadas por cuidadores están, por un lado, el sentido de compasión, lealtad y responsabilidad, y por el otro, el cansancio, el coraje y la culpa. La tarea de cuidar de otros y velar por su bienestar a largo plazo nos puede abrir a una montaña rusa de sentimientos que pueden terminar empujándonos hacia un peligroso desbalance emocional.

Hoy comparto con ustedes algunas de las características de los cuidadores felices, aquellos que han sabido encontrar el propósito detrás de su tarea, logrando alcanzar mayor paz y sosiego para ellos y para aquellos que cuidan.

Los cuidadores felices:

  1. Se educan sobre la condición de salud de la persona que están cuidando porque a mayor conocimiento, menos ansiedad
  2. Reconocen que no pueden solos con la carga y por lo tanto aprenden a delegar y a pedir ayuda cuando lo necesitan.
  3. Se enfocan en lo que logran en vez de sentirse culpables por algún fracaso y de esa forma celebran cada avance, por más pequeño que parezca.
  4. Dependiendo de cada situación, se encargan de permitir que la persona que cuidan realice algunas cosas por sí sola fomentando así su independencia. Asimismo, siempre buscan involucrar a la persona que están cuidando en decisiones, fortaleciendo así su sentido de dignidad.
  5. Buscan con quien hablar cuando lo necesitan; aprenden a desahogarse y lloran cuando hace falta. Saben que un buen amigo o amiga, un grupo de apoyo, un sicólogo o un consejero, pueden ser sus mayores aliados cuando necesitan ser escuchados sin juicio.

Por Lily García, coach certificada, comunicadora y motivadora.

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