Colaboración de Lilliam J. Valcárcel Navarro, trabajadora social
El asumir el cuido, atención y manejo de una persona afectada con un trastorno neurocognitivo tipo Alzheimer no es fácil. Son muchas las implicaciones neurológicas progresivas y degenerativas de quien padece esta enfermedad, que impactan la capacidad de razonar, recordar, prestar atención y hablar. Además se presentan varias limitaciones viso especiales. Esta realidad se trata de asumir un rol para apoyar una persona con la que has convivido, que haz amado y respetado, ya sea tu esposa, esposo, padre, madre, hermana, amiga o amigo. La situación se complica sí esa persona no es grata a tus recuerdos, por las experiencias difíciles que te tocaron a su lado y ahora tienes la responsabilidad de atenderla.
Como persona a cargo, debes estar alerta a los indicadores de la enfermedad que se manifiestan en las siguientes maneras: pérdida de memoria inmediata, cambios de humor, aislamiento, repetición de lo mismo, perderse al manejar, olvidar dónde se ponen las cosas o dejar de pagar las cuentas, entre otras. El dialogar con este ser querido sobre la necesidad de una evaluación médica es fundamental, así como identificar aliados que te ayuden a conversar sobre la importancia de este asunto. Un diagnóstico a tiempo ayuda a ambos en la toma decisiones futuras que pueden ser difíciles.
Educarse sobre el Alzheimer es el denominador común para todos los cuidadores a nivel mundial, y una de las formas más efectivas de hacerlo es a través de un grupo de a poyo de familiares. Esta experiencia te ayudará a comparar notas con personas que, al igual que tú, viven o vivieron la experiencia de tener a alguien con Alzheimer. Igualmente, debes recurrir a organizaciones que ofrecen este servicio en tu comunidad. Recuerda que no hay dos personas iguales, por lo que podemos aprender de otros y adaptarlo a nuestra situación particular y la del afectado. No somos perfectos y podemos cometemos errores, pero es de sabios rectificar y mejorar es aún más importante. También se recomienda asistir a talleres de internet y redes sociales como herramientas para evitar el aislamiento, así como para hacer diligencias en línea. El Alzheimer es una experiencia para la familia y los amigos. Recuerda que las relaciones de ayuda pueden durar largos años, así que no olvides cultivarlas.
Entre las cosas que necesita sabe la persona con Alzheimer está:
De otra parte, se recomienda seguirle la corriente a tu ser querido para fluir mejor en el diario. El no discutir con la persona afectada es clave para prevenir confrontaciones y situaciones de difícil manejo, como la agresividad física o verbal. Recuerda que además de la memoria inmediata, la capacidad de razonar y el juicio se van perdiendo también en las personas afectadas con Alzheimer. Es importante reconocer que se afectan las habilidades de quien tiene la enfermedad, y que es un ser humano con unas experiencias de vida donde amó, fue o es amado, compartió, fue productivo y aportó a la sociedad. Sé firme en situaciones en que la vida de esa persona, la tuya o la de terceros estén en riesgo. Cede tu opinión o posición ante situaciones que no aportarán nada. Recuerda que debes buscar ayuda profesional cuando no puedes tolerar o entender lo que le pasa a tu familiar.
Por otro lado, no olvides disfrutar de las capacidades residuales que posee tu ser querido, como leer, pasear, hacer manualidades, jugar, hacer ejercidos e ir al teatro, entre otras.. También saca tiempo para ti, pues necesitas descanso y tiempo libre. Siempre planifícalo, ya que es parte importante para tu bienestar emocional y mental. Tampoco te olvides de tu chequeo médico. Comparte y fortalécete espiritualmente con personas positivas que te transmitan entusiasmo y esperanza.
Al final del día, recuerda que como cuidador vales y eres un ser humano. Tienes derecho a irritarte, frustrarte, compadecerte, molestarte y enojarte, pero sobre todo a amarte y perdonarte. Supera esos sentimientos negativos que nos retrasan en la convivencia del día a día como cuidador. Debes valorar más lo que haces, no lo que los que los otros no hacen.
Además, sé agradecido con el vecino, el amigo, y el profesional de la salud, porque son personas que a veces nos ayudan a alivianar la carga Tal vez no siempre nos entiendan y no responden a nuestras expectativas, pero trata de sacar el mejor provecho a cada situación. Finalmente, z haz un inventario de los recursos físicos, económicos, sociales y legales, así como de los servicios que necesitas y planifica dentro de lo posible. Recuerda que el objetivo final de todo lo que hagamos es conseguir mantener la mayor calidad de vida de nuestro familiar y también la nuestra.
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