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Determinantes Sociales de Salud y su relación con el Alzheimer y otras demencias
Autora: Rosana M. Quiles Rosado, MS, CGG
Los Determinantes Sociales de la Salud (DSS) se refieren a las circunstancias específicas del entorno donde las personas nacen, viven, aprenden, crecen, juegan, trabajan, buscan servicios de salud y envejecen. También se conocen como aquellas causas subyacentes que influyen en la salud y enfermedades de la población, impactando la calidad de vida y el bienestar. Condiciones como el nivel educativo, la situación socioeconómica, el entorno social y los estilos de vida definitivamente afectan los resultados de salud y bienestar de las personas a través del ciclo de vida. En el caso de las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y otras demencias relacionadas (AODR), los DSS tienen un impacto acumulativo que es capaz de aumentar o reducir el riesgo de desarrollarlas.
La demencia es un término general que engloba varias enfermedades asociadas al deterioro cognitivo que afectan la memoria, el pensamiento y la capacidad para realizar actividades cotidianas (WHO, 2023). A pesar de que factores biológicos y genéticos contribuyen al desarrollo, una parte importante de los casos se relaciona con factores modificables vinculados a los DSS. Según la Comisión sobre Demencia (The Lancet, 2020), entre 40-45% de los casos pueden ser prevenibles al atender 14 factores de riesgo modificables, enfatizando la educación y los estilos de vida.
Educación y salud cognitiva
El nivel educativo tiene un papel crucial en la protección contra el desarrollo del Alzheimer y otras demencias relacionadas. Según estudios, una mayor cantidad de años de educación formal se asocia con una reducción en el riesgo de un 5%, funcionando como factor protector. La educación, especialmente en las etapas más tempranas, promueve la salud cognitiva, transforma la estructura de nuestro cerebro y aumenta nuestra reserva cognitiva. Por esto, se recomienda continuar aprendiendo nuevas habilidades y destrezas a lo largo de la vida. Actividades como aprender un nuevo idioma, realizar actividades artísticas, practicar deportes, leer y mantenerse activo socialmente aportan a la estimulación cognitiva y retrasan la aparición de síntomas de demencia.
Estilos de vida y prevención
Los estilos de vida insalubres como el sedentarismo, el consumo de tabaco y la ingesta excesiva de alcohol se vinculan con condiciones crónicas como la hipertensión, la diabetes y la obesidad, que a su vez aumentan las posibilidades de desarrollar demencias. En la mediana edad, estos factores pueden representar cerca del 10% del riesgo de demencia. Incorporar pequeños cambios en nuestras rutinas diarias como actividad física, alimentación balanceada, evitar el uso de sustancias y mantener las condiciones crónicas controladas puede reducir el riesgo.
Conclusión
Los determinantes sociales de salud (DSS) desempeñan un rol definitivo en la prevención, el desarrollo y el manejo del Alzheimer y otras demencias. Muchos de estos determinantes se entrelazan, ocasionando que uno impacte directamente al otro. Al incorporar estilos de vida saludables en nuestras prácticas y hábitos diarios podemos prevenir y reducir los riesgos asociados al desarrollo de demencia. Desde una mirada de salud pública, al implementar estrategias de promoción de la salud y prevención podemos atender los DSS. Esto se puede traducir en beneficios para la población y mejorías en la calidad de vida de las personas.
Referencias
