El legado de servicio de Betty Gambino: Celebrando el Mes Nacional del Voluntario
La historia de Betty Gambino comenzó en el corazón del vibrante distrito del Bronx en la ciudad de Nueva York, donde vivió hasta que se mudó a Long Island para criar a sus cuatro hijos. En 1997, Betty y su familia se mudaron a la Florida, donde trabajó para American Express. Tras su jubilación, Betty encontró su verdadera vocación: una dedicación al servicio y al cabildeo que definiría su camino por muchos años.
Betty canalizó su energía en temas que le apasionaban. Impulsada por su creencia que el sistema de atención médica en los Estados Unidos estaba roto, comenzó a trabajar como voluntaria en AARP. Con el compromiso de comprender las complejidades de la política de atención médica, Betty se sumergió en todos los detalles de Obamacare y se convirtió en una fuente de conocimiento dentro de su comunidad. Esta pasión hizo que Betty embarcara en una misión para educar y empoderar a las personas mayores, defendiendo sus derechos y bienestar.
Pero las contribuciones de Betty a su comunidad fueron mucho más allá del tema de la atención médica. A lo largo de 15 años como voluntaria en AARP, aprovechó cada oportunidad para hacer una diferencia. Desde asistir a debates presidenciales hasta realizar el primer lanzamiento en un juego de los Miami Marlins, Betty vio cada experiencia con inquebrantable entusiasmo. A través de su participación en iniciativas que abarcan la prevención del fraude, el cabildeo, la asistencia fiscal y la seguridad del conductor, estableció conexiones profundas con compañeros voluntarios, formando amistades para toda la vida arraigadas en pasiones compartidas y el compromiso a hacer una diferencia.
Además de su trabajo con AARP, el espíritu apasionado de Betty la llevó a involucrarse con otras organizaciones, cada una de las cuales representa una causa cercana a su corazón. Ya sea brindando su apoyo a la comunidad LGBTQ+ en el Pride Center, solidarizándose con los veteranos o abogando por la accesibilidad a través de su participación con SAGE y Broward NBA, Betty continúa generando impacto social. Y en su tiempo libre, sigue siendo un miembro activo de la Liga de Mujeres Votantes, defendiendo el compromiso cívico y la justicia social con una dedicación inquebrantable.
Para Betty, AARP no es sólo una organización: es un salvavidas, una comunidad y una fuente de propósito y satisfacción. A través de su dedicación incansable y su compromiso inquebrantable con el servicio, Betty no solo ha transformado las vidas de aquellos a quienes sirve, sino que también ha encontrado una inmensa satisfacción en retribuir a su comunidad. Mientras reflexiona sobre su trayectoria, que abarca seis décadas e innumerables actos de bondad, Betty sigue agradecida por la oportunidad de hacer una diferencia y espera continuar su legado de servicio por muchos años más.
