Cómo evitar enfermarse al cocinar en la parrilla del jardín

Posted on 06/30/21 by Aaron Kassraie

Cocinar a la parrilla se está volviendo cada vez más popular. Puedes encontrar una parrilla o un ahumador en el 70% de los hogares en Estados Unidos, el porcentaje
más alto registrado desde que la Hearth, Patio & Barbecue Association (HPBA) comenzó a monitorear las tendencias de los consumidores, según su informe del 2022 (enlace en inglés). De hecho, el 38% de los propietarios de parrillas compraron una nueva en los últimos dos años.

Barbecue in the campground

Sin embargo, por muy popular que sea asar a la parrilla, probablemente no sea el electrodoméstico de cocina más usado. Por lo tanto, es normal que se cometan errores al cocinar —hasta los chefs más hábiles los cometen en su casa—, y esos errores podrían poner en riesgo la salud, especialmente en el caso de los adultos mayores.

Para ayudar a que los maestros parrilleros de fin de semana eviten exponerse
y exponer a sus comensales a enfermedades y otros riesgos de salud
transmitidos por los alimentos, les pedimos consejo a dos expertos: Brian Katzowitz, de los CDC, y Robyn Goldberg, dietista registrada, nutricionista y autora de The Eating Disorder Trap. A continuación, encontrarás siete consejos para que tus barbacoas sean más seguras y saludables.

1. Elige propano en lugar de carbón
Las parrillas de gas propano son una opción más saludable, según Goldberg, porque generan menos humo que las de carbón. Aunque el carbón en sí no es cancerígeno, el humo sí lo es. Además, las parrillas de gas emiten menos carbono, añade Goldberg, por lo que son mejores para el medioambiente que las de carbón. Sin embargo, el carbón ha crecido en popularidad. El 65% de los propietarios de parrillas tienen una parrilla de carbón, en comparación con el 49% en el 2019. El gas mantuvo su posición en el 63% de los hogares desde el último informe en el 2019. (Nota: los datos incluyen a las personas que poseen tanto parrillas de
propano como de carbón, según la HPBA).

2. Mantén la parrilla limpia
Como la parrilla está fuera de la casa, quizás pienses que no necesitas mantenerla tan limpia como la estufa de tu cocina. Pero los gérmenes que transmiten enfermedades alimentarias se pueden propagar con la misma facilidad tanto dentro como fuera de la casa. Aunque los CDC no tienen directrices explícitas para limpiar las parrillas, Katzowitz sugiere lavar las rejillas y las superficies de preparación de los alimentos con agua caliente y jabón antes de cocinar. No te olvides de limpiar las pinzas, las espátulas y otros utensilios para asar mientras lo haces.

3. Revisa el cepillo para la parrilla
El cepillo para la parrilla es una gran herramienta para eliminar los residuos carbonizados de las rejillas, pero si usas un cepillo de alambre, ten en cuenta que las cerdas se pueden desprender y posteriormente quedarse atascadas en la comida. Después de limpiar la parrilla con un cepillo, usa un paño húmedo o una toalla de papel para limpiar las cerdas sueltas. Una forma de evitar este riesgo es fregar las rejillas con una bola hecha con papel de aluminio. Si la parrilla está fría, sujeta la bola de papel de aluminio con la mano y frótala; si está caliente, usa un par de pinzas como mango improvisado.

4. Separa los alimentos crudos de los cocinados
La contaminación cruzada es el enemigo, así que no uses los mismos utensilios y platos que han estado en contacto con las carnes crudas para servir la comida. No dejes que las frutas, las verduras y otros alimentos que vayas a comer sin cocinar entren en contacto con las carnes crudas, los jugos de carne o las marinadas para la carne. Lávate las manos con agua y jabón antes de cocinar y de nuevo después de haber tocado las carnes crudas. Las carnes crudas, incluidas las aves de corral y el pescado, pueden estar contaminadas con salmonela, E. coli y otras bacterias potencialmente dañinas.

5. Refrigera los alimentos adecuadamente
La carne, las aves y los pescados y mariscos crudos deben mantenerse
refrigerados por debajo de los 40 °F hasta justo antes de ponerlos en la parrilla. Los gérmenes pueden empezar a multiplicarse cuando la temperatura interna supera los 40 °F. En general, las sobras deben refrigerarse o congelarse a más tardar dos horas después de haber cocinado los alimentos. Sin embargo, si asas en un día caluroso y la temperatura exterior es superior a 90 °F, los alimentos deben
refrigerarse o congelarse a más tardar una hora después de cocinarlos.

6. Evita las carnes ahumadas, carbonizadas o muy cocidas
El consumo de carnes musculares, como la carne de res, de cerdo, de ave y de pescado preparadas a fuego alto o con humo puede aumentar el riesgo de cáncer, según el Instituto Nacional del Cáncer. Cuando las sustancias del interior de la carne reaccionan con la temperatura elevada, las llamas y el humo, se forman compuestos químicos que son potencialmente dañinos. Para reducir los riesgos,
evita cocinar los alimentos mucho tiempo a temperaturas altas, usa el microondas para precocinar la carne antes de asarla, gira continuamente la carne cuando se esté cocinando sobre una fuente de alta temperatura y retira las partes carbonizadas antes de comer, aconseja el Instituto acional del Cáncer.

Temperaturas de cocción mínimas seguras

Carne molida de res, cerdo, ternera y cordero: 160 °F

Carne molida de pollo y pavo: 165 °F

Bistecs, carne al horno y chuletas: 145 °F

Aves: 165 °F

Cerdo y jamón fresco: 145 °F

Jamón precocinado: 165 °F

Pescado con aletas: 145 °F

Fuente: foodsafety.gov

7. Ten cuidado con las carnes semicrudas
En general, asegúrate de que la carne, las aves y los pescados y mariscos se cocinen a la temperatura interna recomendada para cada uno usando un termómetro para alimentos. De lo contrario, es posible que el calor no sea suficiente para matar los gérmenes potencialmente dañinos que puedan estar presentes. Ya que las frutas y las verduras pueden cocinarse más rápidamente que las carnes, si las asas juntas en un pincho, como en el caso de las brochetas, asegúrate de que la carne esté completamente cocinada a una temperatura interna
segura. Cocinar las carnes y las verduras en pinchos separados puede facilitar la preparación de cada uno al nivel de cocción deseado.

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